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lunes, 25 de febrero de 2008

El problema de no poder leer las imágenes: Los medios masivos visuales, en especial la televisión, un gran problema de desinformación.

por Animal del desierto

Se que de entrada, el título es un tanto ridículo. Uno podría pensar que cualquiera puede "leer" una imagen, que tan sólo es cuestión de verla. Lamento decir esto, pero no es cierto, y es por esto que muchas de las imágenes que a diario nos rodean, o mas bien, con las que a diario nos bombardean, pasan desapercibidas y no se les observa con el cuidado necesario. No estoy hablando de "mensajes subliminales ocultos en la publicidad" que igualmente siguen y que un tiempo fue un tema de moda; estoy hablando de muchas imágenes que vemos diariamente y no tomamos realmente en cuenta, no las analizamos. Voy a trata de ser más claro con una comparación similar y de todos conocida. Antiguamente, una forma de control de masas o de opresión, era el analfabetismo. Solo cierta élite conocía el código para comprender lo contenido en un libro u cualquier otro medio escrito; de esta forma se tenía cierto control sobre los "ignorantes", sobre las clases bajas que no tenían acceso a cierto tipo de información. Actualmente, pensamos que el analfabetismo está casi erradicado, y al escuchar "analfabetismo" pensamos en un porcentaje de la población que vive en una situación de marginación extrema. Lo que se piensa comúnmente es que la desinformación que existe en la mayor parte de la sociedad en nuestro país, es porque la gente no lee, o no le interesa leer. 

Esto en gran medida es cierto, pero recordemos que estamos en la época en el que la imagen esta poco a poco sustituyendo a los textos, y una gran parte de la información ya se hace a través de imágenes (Aquí el termino imagen se utiliza para las imágenes no lineales o en términos hermenéuticos, los textos no lineales). Entonces, ¿porqué estamos tan desinformados si hay tanta “información” en el aire? Esto es, porque no nos han enseñado a leer imágenes.

La gran proliferación de la imagen como medio para informar y comunicar, comienza a expandirse en gran escala con la televisión; esta se consideraba como una ventana al mundo, ya que se podía observar lo que estuviera aconteciendo en el otro extremo del planeta sin la necesidad siquiera de salir de casa, sin movernos del sillón. La televisión comenzó por ser una maravilla y ahora forma parte de la gran mayoría de los hogares, y en muchos de estos es una parte importante de las actividades diarias en el mismo. Es por esto que en ella se ve una herramienta perfecta para la difusión y sobre todo para la manipulación de la realidad. Al ser considerada una ventana hacia otros lugares del planeta a los cuales por medios más convencionales no nos serían accesibles, no se le cuestiona; se cree que por ser “en vivo”, y por considerar a la cámara un “testigo” no habría porqué cuestionar a la televisión. A esta se le asignó este perfil, de testigo objetivo, y nunca se le informó a los televidentes las grandes limitantes que tiene la televisión “en vivo”. La televisión al igual que la fotografía nos muestran lo que esta frente al lente de la cámara; un recuadro que es precisamente el límite de lo que se nos quiere mostrar y lo que no. Sin embargo, se nos acostumbró a solo tomar en cuenta lo que se ve, y lo que no se ve queda omitido, como si no existiera, pero esta ahí, existe plenamente y a conciencia de otros que en gran medida tratan de ocultarlo. Esto ocurre ya sea en un programa en vivo al aire libre o peor , en la mayoría de los programas televisivos que se realizan en escenarios (que nos ocultan todo el aparato que constituye un set: cámaras, luces, vestidores, etc, etc.). Con esto ahora no sólo se puede presentar la cruda, atemorizante, cruel y aburrida “realidad” como en los noticieros, sino que ahora uno puede dar un salto hacia mundos de fantasía, con tan solo oprimir un botón. Se recrean vidas y momentos en la televisión y a la vez se refuerzan los valores que están interesados en inculcar en la sociedad. Se muestra que el seguimiento de dichos valores o conductas nos lleva de manera automática a momentos que de alguna u otra forma anhelamos o por lo menos en muchos casos parecen ser más interesantes o mejores (con finales felices) que nuestras propias vidas, en contraste con nuestra cruda, atemorizante, cruel y aburrida “realidad”. En cuanto a las personas que aparecen en los medios, se nos plantean como seres inalcanzables llevando una vida llena de lujos, de placeres, perfección y “libertad” que todos anhelamos; pero por no calificar con el perfil necesario para este reducido sector, para este reducido marco que abarca la cámara, nos tenemos que conformar con ver. 
Se que tal vez este argumento más bien parece ser el argumento de alguien que aspiraba a ser actor de telenovela y fracasó; pero quiero hacer hincapié en lo que dije en un principio, “lo que no se ve”. Lo que hay detrás de un set de televisión, o fuera del margen que delimita la lente de la cámara grabando en vivo en un exterior. Con esto no quiero referirme de manera literal a las tramoyas y bambalinas, a las luces o a los camarógrafos y maquillistas, que en gran medida son señal de la gran falsedad que la televisión transmite minuto a minuto, día a día, mes con mes , año con año y generación tras generación. Con lo que “no se ve” me refiero en realidad a toda esa información omitida dentro del contexto de lo se transmite, todos los intereses que hay detrás del hecho de producir televisión; todo el gran manejo de intereses mercantiles, políticos, religiosos, morales, culturales, etc. que mantiene a la televisión viva, y que diariamente llegue a todos los hogares. El “que” se ponga en la televisión, muchas veces puede ser el gran tema del día, o puede ser el momento de reunir a millones de personas dentro de sus casas, frente a una “caja” por horas. Nos presentan ...modelos visuales elaborados para controlar o persuadir, promovidos por la industria del espectáculo, por la publicidad y también por unos medios de comunicación que, cada vez más, pierden la posibilidad de alentar el interés colectivo al estar dominados económicamente por grupos de poder que cumplen con sus propios intereses: las diversas formas de control de los grupos de comunicación por parte de los más poderosos grupos económicos del mundo, cuando no directamente a su servicio, van reduciendo el campo de la confrontación libre de ideas y de la movilización de los ciudadanos, sobre todo desde el dominio de la televisión, pero también de la prensa. A la inmensa mayoría les llegan ya solo mensajes, referencias, valores de conformidad y resignación, disfrazados de exhuberancia y profusión, y las imágenes son tal vez el mecanismo más eficazmente utilizado para estos fines. La imagen es uno de los soportes fundamentales de todas las estrategias contemporáneas de persuasión y de uniforimzación del gusto; es el más depurado mecanismo de control de mercado. (Baeza, 2001, pg. 10) El problema en sí no es el ver o no la televisión, sino el hecho de saber lo que se esta viendo; de manera cruda y sencilla, si se esta viendo la realidad y la vida a través de la televisión o solo una “caja”, es por esto que nunca se nos instruyo en el “cómo” se deben de leer esas imágenes, tan sólo las insertaron ahí para que no sólo formaran parte de nuestra realidad, sino que formaran nuestra realidad.
Frente al televisor uno queda determinado a ver lo que quieren que se vea, al no haber manera de responder o de debatirle al televisor, uno debe de conformarse con quedarse sentado viendo. El único control, que digamos, se nos otorga es el de poder cambiar de canal. En realidad uno no puede decidir que parte del mundo quiere ver, o que aspectos del mundo; se muestra lo que le conviene a quienes controlan el medio. La mera idea de “control remoto” de la televisión es absurda, ya que uno no controla nada. Sin embargo a este defecto se le oculta con un halo de “responsabilidad, confiabilidad, amor, aprecio y respeto hacia el televidente”. Que lo que se presenta es lo mejor para él, las “mejores marcas”, las “noticias más importantes”, en fin, todo es cuestión de imagen, de lo que se vea mejor. Un ejemplo que me da mucha risa y es una forma vil de engañar son por ejemplo, los comerciales en donde salen diagramas “científicos”. Se ve ahí el “folículo capilar” o la “placa dentobacteriana”, o los “gérmenes y bacterias”, entonces llega el producto y de manera “milagrosamente científica” todo vuelve a la normalidad, que decimos a la normalidad, a un estado de perfección, en menos de lo que dura un comercial de 10 o 15 segundos. Esto es un claro ejemplo de cómo las imágenes han ido, con forme se ha dado paso a la publicidad, perdiendo un significado claro ya que en el ejemplo anterior, se utiliza un diagrama hecho a computadora, con un estilo similar a los esquemas que se presentan en las ciencias para darle una apariencia de algo “científico”, algo que mantenga el argumento de ser el mejor producto. Así sucede con muchos otros casos que aparecen en la televisión contemporánea (y no sólo en la televisión, en otros medios masivos visuales), se toma un estilo prestado, por ejemplo, se graba con una cámara de mano, no del tipo profesional, lo cual implica que las imágenes salgan con el movimiento clásico de que alguien va caminando mientras graba, como si fuese algo espontáneo, esto con el fin de hacer sentir la escena como “no preparada”, “algo real, algo que en realidad ocurrió”, mientras tanto, por igual fue algo totalmente planeado... el estilo no puede ya nunca más darnos los elementos para determinar frente a qué tipo de imagen nos encontramos. De la misma manera, el concepto “género” en su acepción clásica queda desbordado por la profusión y complejidad de los tipos de imágenes contemporáneas. Abolición de géneros, desplazamiento de estilos, camuflaje del emisor, disipación de los contenidos en la línea de la espectacularidad, favorecen el desarrollo de la cultura-mosaico propensa a la saturación, al secreto y a lo efímero, caracteres éstos dominantes en la cultura de masas en la actualidad” (Baeza, 2001, pg 10).
Es así que han pasado décadas, y muchas generaciones se han ido formando de acuerdo a lo establecido en los medios como la televisión. Y lo peor de todo es que nos han hecho creer que salimos de un analfabetismo y que ahora todo lo podemos comprender, mientras poco a poco fueron ellos creando un código, una forma de estimularnos, de hacernos reaccionar a placer y de ocultarnos una realidad, mostrándonos sólo pequeñas partes en un collage lleno de incoherencias, consumismo, obscenidad, excesos, folclor, exageración y falsedad. Se nos han establecido modelos a los cuales la inmensa mayoría no encaja, y difícilmente puede aspirar, y todo el tiempo se nos marca la pauta de lo que hay que hacer, de que hay que comprar, el como hay que lucir, etc, como si estos fueran los pasos a seguir para encajar en estos modelos e ir de acuerdo a la vanguardia o mas bien a la “moda” de la sociedad elite. Así mismo se nos ha enseñado por medio de prejuicios a valorar a nuestros semejantes, imponiendo así a placer un perfil de lo que es aceptable y lo que no en la sociedad, para así aislar o afectar a grupos de la sociedad con los cuales los grupos de poder tienen rivalidad o estorban a sus fines; incluso no es necesario que una sociedad marque a alguien, uno mismo al ver estos prejuicios a seguir se estigmatiza y trata de cambiar a como de lugar para lograr un estatus en el cual sentirse aceptado. Esto ocurre a nivel global, pero México es un caso muy especial, como pocos hay en el mundo. Nuestro país se encuentra sometido por un dúopolio televisivo (Televisa y TV azteca), estas dos cadenas son las que controlan y filtran toda la información que llega a sus manos, toda la publicidad y toda la cultura que este medio puede reflejar. Son dos empresas compitiendo y que en muchos casos no compiten por ser el que mejor informe o el que más se apegue a los verdaderos valores que se suponen los medios masivos deben de respetar. Simplemente se ocupan de convocar el mayor número de personas, para así tener el mayor poder, poniéndolo al servicio del mejor postor. Si nos damos cuenta, una cadena hace algo “nuevo”, la otra hace algo similar, tan sólo cambia el nombre y en muy poco varía la estructura. Mediante este modo de competencia, no se puede esperar una mejoría, simplemente una repetición de esquemas de dominio, mediante los cuales una cadena le quiere quitar a la otra espectadores. El dúopolio televisivo, junto con la publicidad en otros medios visuales, ha sumido a nuestra sociedad mexicana por décadas en un conformismo y a la expectativa total de estímulos que le generen respuesta, siendo la mayoría de estos estímulos con fines de consumo.
Realmente sería difícil “alfabetizar” en el lenguaje visual a toda la población (difícil pero no imposible); esta pequeña crítica no plantea tanto la opción de “alfabetización”, simplemente hacer conciencia de lo que se oculta en las imágenes propuestas en los medios masivos, en especial en la televisión, y ver como en México es un caso realmente de gravedad extrema, ya que como se mencionó anteriormente nos encontramos sometidos a los caprichos de un dúopolio que lo controla todo. Las teorías de lectura de imágenes como la semiosis y la hermenéutica son realmente poco difundidas y raramente conocidas; obviamente en su mayoría conocidas por productores de los medios masivos, que a su vez muchas veces trabajan a favor de los grupos de poder. Sin embargo no es necesario sumergirse en estos aspectos filosóficos para poder comprender mejor las imágenes y hacer una lectura más acertada; basta con saber que las imágenes no sólo nos hablan de los hechos que representan, sino que nos habla además de los autores que producen la imagen y de el medio mismo. Es por eso necesario conocer quien hace las imágenes y con que fines; sobre todo entender que estas imágenes no son la “realidad misma”, no ver la realidad a través de ellas, sino que simplemente son una pequeña opinión sobre un aspecto de la realidad. Por lo tanto al momento de informarse, es pertinente conocer otras opiniones para así poder llegar a una conjetura. Sobre todo en el caso de los medios masivos visuales contemporáneos, que en su mayoría omiten mucha información, es conveniente buscar esa otra cara que no muestran, esas otras opiniones que no quiere sacar a la luz, para así poder tener un contexto más completo y hacernos de una opinión que sea más plural y justa.

Para mayor información sobre este tema se recomiendan las siguientes lecturas:
“Por una función crítica de la fotografía de prensa”, Pepe Baeza, Ed. Gustavo Gili.
“Hacia una filosofía de la fotografía”, Vilém Flusser, Ed. Trillas.
“El estado seductor, las revoluciones mediológicas del poder”, Regis Debray, Ed. Manantial.
“La publicidad”, Armand Mattelart.
“Introducción a la hermenéutica contemporánea, cultura, simbolismo y sociedad”, Luis Gargalza, Ed. Anthropos.
“Tratado de hermenéutica analógica: hacia un nuevo modelo de interpretación”, Mauricio Beuchot.
“Tratado de semiótica general”, Umberto Eco.

martes, 12 de febrero de 2008

¡Cristo, Cristo.!

cisma
¡Oigan! Ya estamos en Cuaresma y el piadoso mundo católico ya está de luto. Si, ha caído uno de sus héroes. El señor Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo.


Si, ya se que de esto hace más de una semana, pero en los medios “independientes” siguen discutiendo sobre la justicia y la impunidad en el caso Maciel, pero ya vimos que en este país la justicia no existe. Hace un mes vimos como la máxima instancia en materia penal en nuestro país, la suprema corte de justicia, declaraba que no había pruebas suficientes para, siquiera, enjuiciar a Mario Marín por las denuncias que sobre él pesaban respecto a los atropellos que había sufrido la periodista Lidia Cacho. Además, la justicia es un concepto abstracto, como la verdad, es diferente para todos y sólo el que la imparte siente que ha sido justo.


Y en cuanto a justicia, yo creo que en casos como el del reverendo padre Marcial Maciel, era necesario que los hombres violados ejercieran justicia por propia mano.

La muerte de esta gente viola niños le sienta muy bien al mundo, por que por el lado de la santa iglesia católica ya no habrá quien los sustituya, las iglesias y los seminarios se están quedando vacíos, aunque los días 2 de febrero todos coman tamales en nombre del niño Jesús ¿Será que nos estamos vanalizando?

La verdad es que yo, (no sé las demás personalidades que escriben en esta bitácora) no creo mucho en la religión como una guía o autoridad espiritual, no por lo menos en las que ya existen. Aunque me están convenciendo esos que dicen que nos crearon los extraterrestres…


¡No es cierto!


Ahora mismo estoy leyendo Quo Vadis y la verdad es que nuestra sociedad se parece mucho a la Roma en decadencia, hay tantas similitudes que da miedo.
¿A que va la gente a la iglesia si en realidad no ve en sus clérigos un ejemplo de bondad, humildad e iluminación, si en realidad no cree en Dios, o en Jesús, o en sus enseñanzas? Los ricos son hipócritas y los pobres otro tanto. La gente cree lo que le conviene.
¿Por qué seguir a estos jerarcas que protegen a criminales, lavan dinero y tienen propiedades millonarias (como don Onésimo Cepeda, dueño de una hacienda de toros de lidia)? Estaría bueno que excomulgarán a los narcos, ahora que su presidente mochilas esta en su cruzada contra el narcotráfico.


Generalizar es una manera ignorante de hablar, a pesar de todo esto que pasa en el catolicismo, hay gente que sigue la religión de manera consciente y relativamente de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Ya es hora de separar a Cristo de esta iglesia opresora, para que esta gente deje de engañarse a sí misma y deje de seguir a estos dirigentes criminales debería provocar un…


¡CISMA!


Me gustaría compartir con ustedes un trozo de Quo Vadis, particularmente de una bonita edición de la colección de novela histórica editada por el País y diseñada por el estudio de diseño gráfico de Manuel Estrada, por cierto que la portada de Quo Vadis es de las mejores de la colección.





Agradeceré sus comentarios y por favor tomen en cuenta los enlaces de nuestros artículos.


“Quilón se inclinó hacia Vinicio y le dijo en voz baja:
─ ¡Ése es él! ¡El primer discípulo de Cristo: un pescador!
El anciano alzó la mano y, haciendo con ella la señal de la cruz, bendijo a los presentes, quienes, simultáneamente, cayeron de rodillas. Vinicio y sus compañeros, por temor a traicionarse a sí mismos, siguieron el ejemplo de los demás. El joven no pudo, por el momento, reunir todas las impresiones que en su mente se agolpaban, pues le parecía que la forma humana que tenía allí delante revestía a la vez el doble carácter de lo sencillo y de lo extraordinario, y, lo que era más peculiar, lo más sobresaliente en aquel hombre parecía porvenir precisamente de su propia sencillez. No llevaba aquel hombre mitra en la cabeza, ni guirnalda de hojas de roble sobre las sienes, ni palmas en la mano, ni tablilla de oro sobre su pecho, ni blanca túnica bordada de estrellas; en una palabra, no se veía sobre él ninguna de las insignias que solían ostentar los sacerdotes orientales, egipcios, griegos, o flámines romanos. Y Vinicio se sorprendió al notar de nuevo el contraste que había advertido al escuchar los himnos cristianos.Por que aquel pescador le hizo el efecto no de un elevado pontífice, versado en los ceremoniales de un rito, sino más bien de un testigo sencillo, anciano, que infundía una inmensa veneración, que acababa de hacer desde muy lejos una jornada con el fin de divulgar una verdad por él vista y palpada, verdad en la que creía como creía en su existencia, y verdad que amaba, precisamente porque creía en ella. Había, por consiguiente, en la expresión de su rostro todo el poder persuasivo y de convicción que sólo en la verdad reside. Y Vinicio, que había sido escéptico, que no deseaba ceder a la influencia de aquel anciano, hubo de rendirse, no obstante, a una especie de curiosidad febril, cuyo objeto era saber que argumentos brotarían de los labios de aquél compañero del misterioso “Cristo” y cuáles eran las creencia de Ligia y Pomponia Grecina.”