Si eres uno de esos tantos que les gusta ir a Starbucks, que mientras esperas en la fila para pagar una “módica” cantidad por tu café lees en sus carteles y/o folletos que el café que estas consumiendo es un producto orgánico de Chiapas y que por consiguiente al consumir en dicha cafetería ayudas a los “pobrecitos” cafeticultores, porque tal compañía esta dentro del llamado “comercio justo” en alianza con una “supuesta” ONG llamada Conservación Internacional (CI)..
Pues ahí te va..
Primero para que haya un mayor entendimiento, algunos lo sabrán, otros tal vez no, pero ¿que es el comercio justo?; pues es un mecanismo que busca disminuir el número de intermediarios entre los productores y los consumidores, en donde para los productores hay un precio mínimo de garantía y para los consumidores se le garantiza un producto de calidad. Algunos autores mencionan que el objetivo del comercio justo es “promover el desarrollo sustentable al alentar intercambios comerciales que se basen en la justicia social y el respeto por el medio ambiente mientras se fomenta la autonomía de los productores de países en desarrollo”1. ¡Pero no todo lo que brilla es oro! ¡Cuidado con eso! No hay que dejarnos engañar como consumidores por transnacionales como Starbucks o tiendas “orgánicas” que la mayoría están en Polanco (ya se imaginaran el por que), donde los precios son excesivamente caros y ridículos, donde si entras y no compras te ven con cara de fuchi. Aclaro, no todas las tiendas de productos orgánicos. Todo esto por la supuesta conciencia ambiental que quieren hacernos creer y por la cual nos cobran un ojo de la cara. Estoy de acuerdo y se que la agricultura orgánica es más laboriosa y por lo cual el productor merece un mayor pago y reconocimiento por ello, pero a la larga es más barato para el productor ya que los productos que obtienen son de igual o mayor calidad que con la agricultura convencional, y lo ¡más importante sin agroquímicos! Además de que no contaminas, conservas la cultura y garantizas una vida digna.
Primero para que haya un mayor entendimiento, algunos lo sabrán, otros tal vez no, pero ¿que es el comercio justo?; pues es un mecanismo que busca disminuir el número de intermediarios entre los productores y los consumidores, en donde para los productores hay un precio mínimo de garantía y para los consumidores se le garantiza un producto de calidad. Algunos autores mencionan que el objetivo del comercio justo es “promover el desarrollo sustentable al alentar intercambios comerciales que se basen en la justicia social y el respeto por el medio ambiente mientras se fomenta la autonomía de los productores de países en desarrollo”1. ¡Pero no todo lo que brilla es oro! ¡Cuidado con eso! No hay que dejarnos engañar como consumidores por transnacionales como Starbucks o tiendas “orgánicas” que la mayoría están en Polanco (ya se imaginaran el por que), donde los precios son excesivamente caros y ridículos, donde si entras y no compras te ven con cara de fuchi. Aclaro, no todas las tiendas de productos orgánicos. Todo esto por la supuesta conciencia ambiental que quieren hacernos creer y por la cual nos cobran un ojo de la cara. Estoy de acuerdo y se que la agricultura orgánica es más laboriosa y por lo cual el productor merece un mayor pago y reconocimiento por ello, pero a la larga es más barato para el productor ya que los productos que obtienen son de igual o mayor calidad que con la agricultura convencional, y lo ¡más importante sin agroquímicos! Además de que no contaminas, conservas la cultura y garantizas una vida digna.
Hay algunas redes de productores orgánicos que puedes conseguir por esta vía (Internet), ahí vienen direcciones, teléfonos y lo que ellos producen, si estas interesado en adquirir alguno de estos productos yo recomendaría ir directamente con los productores, ya que ellos te podrían asesorar que tienda verdaderamente les ofrece lo justo por su producto. O sino no te es posible ir directamente con los productores, observa muy bien la tienda, los precios y las etiquetas de productos orgánicos, ya que muchas veces tratan de engañar al consumidor cambiando solo algunas palabras parecidas a algo supuestamente “orgánico”. Así que si tienes dudas sobre el producto en cuestión cerciórate de que tenga el llamado “sello verde”, el cual es una certificación a los productos orgánicos. Yo no podría recomendarte una tienda en especifico, sólo me queda decirte que estés atento en donde y lo que consumes.
Ahora bien; continuando con el café y Starbucks, un dato importante es que en México la primer actividad en adherirse a este sistema de comercio justo es la de la cafeticultura, esto es debido a que el precio del grano de café ha bajado desmesuradamente desde hace más de 40 años, lo cual obligó a muchos de los cafeticultores a abandonar sus cultivos generando emigración en estas zonas y un cambio de uso de suelo de cafetales por milpas y potreros. Esto además de agudizar la pobreza extrema de estas zonas, afecta de igual manera el medio ambiente, ya que se pierden áreas con cubierta forestal y por ende la perdida de especies animales, epifitas, insectos, etc.
Ante esta problemática, los productores de café han buscado alternativas que les permitan afrontar esta crisis, por lo que en la década de los ochenta, surgieron diversos movimientos de productores de café, en los cuales se organizaron cooperativas y algunas de ellas se sumaron al mecanismo del comercio justo.
Ahora bien..
Ya enterados a grandes rasgos de lo que es el comercio justo, sigamos con el caso Starbucks. En el 2002 abre su primer tienda en México, lo cual causó gran controversia por el antecedente de que las pequeñas cafeterías del área cierran a causa de esta compañía transnacional; a pesar de ello entra al mercado mexicano, haciéndonos creer que “participa en proyectos de desarrollo de las comunidades de pequeños productores de café” para así promover una imagen ecológica y social haciendo lo mínimo indispensable 2. Como es el caso de las cooperativas de cafeticultores chiapanecos, los que primeramente se integraron a la red supuesta de “comercio justo” con la ONG Conservación Internacional, la cual posteriormente se alió con Starbucks.
Lo que mencionan estas cooperativas, es que CI pretendía imponer sus reglas tomando a los productores solo como unos empleados sin voz ni voto, pero que anteriormente se habían ganado su confianza haciéndoles creer que iban a manejar un comercio justo. Como en los primeros años dentro del “comercio justo” su productividad se había elevado y los precios mejoraron, pues los productores no vieron algo malo en esa alianza, sin embargo con el paso del tiempo las cosas fueron cambiando, la alianza entre los cafeticultores y CI empeoró cuando esta ONG firma un contrato con Starbucks, porque ni siquiera se le pidió opinión a los cafeticultores, solo se les exigió que se duplicara la producción y no conforme con eso se les pedía una cuota de entre 5 y 15 dólares por quintal vendido (el quintal equivale a 100kg) esto supuestamente por un incumplimiento por parte de los productores con Starbucks, de igual manera se les impuso un pago por un “supuesto” programa de monitoreo de cultivo que realizaban un grupo de técnicos al servicio de CI, más una aportación de 16 por ciento de las ganancias obtenidas para un llamado Fondo Verde, administrado obviamente por la ONG; además de todas estas bajezas Conservación Internacional, se aprovechaba de la certificación orgánica de los productores porque ni siquiera cuenta con una propia, así utilizaba de manera indirecta la certificación sin tener que asumir ningún gasto. Ah, y no conforme con eso les prohibían a los productores vender su producto con otras empresas. Finalmente algunas de las cooperativas decidieron cortar lazos tanto con CI como con Starbucks, que es uno de los principales donadores de fondos para esta ONG.
Así que con este pequeño, muy pequeño texto (porque en verdad falta mucho que decir), espero haberles invitado a reflexionar, o por lo menos a reconsiderar un poco el papel que tenemos como consumidores, que lo que consumimos conlleva una serie de eventos en los cuales es importante pensar, que no solo por hábitos o porque es lo que los medios de comunicación nos dicen que esta “in”, consumirlo. Piensa no solo en el bienestar propio sino el bienestar de la comunidad, no el de unas empresas que en lo que menos piensan es en TU bienestar.
Hay un artículo de la Universidad de Veracruz verdaderamente INTERESANTE que les invito a leer, donde podrán darse cuenta el impacto que esta trayendo consigo Conservación Internacional. www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol20num1/articulos/traduccion/index.html
REFERENCIAS
(1) Laure Waridel y Sara Teitelbaum; Fair Trade. Contributing to equitable commerce in Holland, Belgium, Switzerland and France. Research Report; Équiterre, 1999; Quebec; Pág. 6.
(2)www.vinculando.org/comerciojusto/mexico
