Mientras más grande el espectáculo, peor es la tragedia

por animaldeldesierto

Me parece que este post era más para el 15 de Septiembre, o para el 2 de Octubre, pero lo que me motivó a escribirlo en estas fechas, fue el enterarme del final de "INICITIVA MEXICO", ya con ganador y hasta cierre en el Auditorio Nacional me parece (la verdad no investigué porque no me importó profundizar en detalles absurdos). Bueno, para que calen la "importancia" de dicho evento, hasta FECAL estaba ahí (aunque se enoje, ¡¡así le dicen!! yo no le puse así). Y así han estado aconteciendo más que en otros años, una ola de derroche económico en espectáculos, películas, exposiciones, montajes, festivales, etc., y por todos los canales receptivos que tengamos disponibles, nos tratan de meter la idea de "justicia y libertad" lograda en nuestros períodos independentistas y revolucionarios, así como el comienzo de una nueva era de prosperidad y superación nacional.  

Rememorando esas fechas cercanas del 2 de Octubre, los Juegos Olímpicos se llevaron sin interrupciones, en una fachada de júbilo y éxito, con medallas mexicanas, récords impuestos y un cierre masivo de mariachis y deportistas demostrándose paz, amistad y hermandad. México se mostraba al mundo como un país en “vías de desarrollo” prometedor, pacífico, y lleno de felicidad; tanta que tiene para repartir a todo el que venga (y su papel lo mantiene al pie de la letra, sino pregunten a los ¡Springbreakers!). Mientras tanto, tanta “calidad humana” derramada, tapó como marea gran cantidad de sangre de la masacre de estudiantes. Una buena parte de la ciudadanía estaba viviendo los peores momentos de sus existencias, tanto participantes del movimiento, como familiares y amigos; incertidumbre e impotencia se vivía por todos los muertos y desaparecidos del 2 de octubre y por ver con rabia, como los mismos dirigentes y promotores de tanta inhumanidad, celebraban la impunidad y decían ante el mundo “aquí no pasa nada, vengan cuando quieran a divertirse.”

Este telón bien puesto, no pudo haber sido concebido sin los “comprometidos socialmente” medios de comunicación, y la excelente vigilancia represiva de la Guerra Sucia. Muchos de los deportistas que participaron en lo de las Olimpiadas, no sabían lo de la masacre del 2 de octubre hasta que regresaron a sus países, y estoy seguro que algunos nunca se enteraron, ni se enterarán. Durante los Juegos Olímpicos, no se mencionó nada, y ninguna figura "emblemática" de las que participaron en dichas conmemoraciones comentó algo. Claramente se muestra la manera en que en ese entonces, se contenía una realidad catastrófica y alarmante para una sociedad en una zona, envolviéndose en una cortina de felicidad, júbilo y exuberancia reflejada hacia el exterior, hacia la realidad “global”, para encajar en las normas del colectivo social, justificarse y seguir adelante con su obra impunemente.

Pero bueno, no quiero irme tanto por la línea de la reivindicación de los estudiantes muertos y no por no ser merecida, sino que quiero recalcar algo en especial que nos enseña ese triste día: la combinación de un país militarizado, un espectáculo o espectáculos apabullantes, unos medios dispuestos a manipular la información, y una masacre o masacres que acallar. Creo que suena ya más contemporáneo y familiar, o talvez me equivoco, y esta vez la suerte para nuestro país en realidad está cambiando y  por eso  pudimos tener una conmemoración del 15 de Septiembre “de primer mundo”, mientras en la televisión se miraba a toda la comunidad Mexicana del globo, y que en todos los países donde había un número considerable de mexicanos, se pintaba alguna zona de verde, blanco y rojo. En el mundo, cualquiera que viera estas imágenes no hubiera dudado de la paz, la armonía, la unión y la felicidad con que goza el pueblo mexicano. O a lo mejor ahora si la sociedad se está poniendo al tiro, con sus iniciativas para salvar a México y porque no, ¡a la humanidad! Bueno no digamos más,¡ya hasta Miss Universo tenemos otra vez! qué más podemos pedir...

Lo único que puedo decir, y la conclusión a la que puedo llegar es que la magnificencia, júbilo y emoción, así como la cantidad de recursos invertidos en espectáculos, es directamente proporcional a la magnitud de la masacre, injusticia, insurrrección o perturbación social que se intenta ocultar.