El país del luto de prolongación indefinida

Por el Afqar

Ya ha pasado una semana después del suceso acaecido en el Casino Royale de Monterrey, y yo me pregunto ¿Realmente nos interesa? Ni siquiera en Monterrey la gente de San Nicolás de los Garza, que es donde vive la clase media alta, los afectados, salió a las calles a manifestarse. Cada ciudad tiene sus problemas y en particular cada persona, no me malentiendan, no estoy a favor de la apatía y el egoísmo social, pero creo que los sucesos de esta “guerra” cada vez nos interesan y nos impactan menos, aún cuando en los medios de comunicación bombardean al público con los pormenores de cada suceso, para muestra, la serie de noticias que detallaban minuto a minuto los pormenores del asunto “Casino Royale”, avances de la investigación policial, el estado de las víctimas, que si los familiares sabían de esto, que si los nexos de los dueños con el narco, que si otros casinos en situación irregular en Monterrey, etc.

Lo que sucedió en Monterrey es dramático, sobre todo porque todavía no podemos fincar una responsabilidad clara, ¿Quién quemó el casino? Los narcos, de eso no hay duda, pero me pregunto si la cantidad de muertos habría sido tan escandalosa si el casino hubiera contado con las medidas de seguridad para este tipo de establecimientos. ¿Dónde estaba protección civil o la agencia del gobierno local que se encarga de las medidas de seguridad en establecimientos mercantiles?

Y Calderón quiere asustar a la población con el terror. ¿Y de dónde viene el terror? De los narcos, sí, secuestran campesinos, lavan dinero (con ayuda de los empresarios como pepeytoño), crean negocios para invertir su dinerito (trata de personas, extorsión a indocumentados, bares y casinos, tala ilegal, etc.), extorsionan a los comerciantes y empresarios locales, ejercen gobiernos “alternativos” en muchas poblaciones, sin duda son una especie de fantasma que flota entre la población.

Pero también el gobierno genera terror, llena las calles de militares y pone a la población en estado de sitio, pacta con Estados Unidos para que sus empresas sean las ganadoras de estos conflictos donde el pueblo es el que pierde, trae mandos militares al gobierno civil y el colmo del terror es el que genera tener autoridades incompetentes contra las que nada se puede hacer, ni siquiera se les puede llevar a juicio.

Muestra de cómo el ejercito se ha vuelto un problema para la población es la cantidad de denuncias que ha recibido Derechos Humanos en su contra, la cantidad de “fuegos cruzados” en las que han muerto civiles cuya única equivocación fue “pasar por ahí”. Un atropello que tengo muy presente es el caso del niño Oswaldo Zamora Barragán, que tuvo la desgracia de encontrarse una granada que los militares dejaron “olvidada”, en Puebla, en un campo donde el niño cuidaba sus borregos y que los militares usaban para prácticas de tiro. El niño perdió una pierna y un brazo y la SEDENA le contestó a los padres que “investigaría el caso”. Eso es lo que pasa cuando la ley civil choca con la ley marcial, el mexicano de a pie y el militar no tienen los mismos derechos, no son juzgados por los mismos jueces. Si un militar te mata ¿Sería condenado a cadena perpetua en un reclusorio? Es por eso que el ejército no puede ser la policía de un país.

Y los empresarios lanzan comunicados de indignación donde claman por justicia, donde piden la colaboración del pueblo para que este horror pare. Mientras ellos, con sus abogados despojan a los obreros de sus derechos de organización sindical, mientras ellos llevan el terror de los perros amaestrados a las huelgas en mineras y fábricas, mientras ellos han pujado y presionado a lo largo de muchos años por reducir los beneficios del obrero y por reducir sus responsabilidades fiscales para con el país.

En la naturaleza, un animal recibe un estímulo, que llamaremos información. Si un ñu en la sabana ve que el pasto se mueve, se pone alerta, al percatarse de la presencia de un depredador pone pies en polvorosa, reacciona al estímulo, recibe una información y reacciona en consecuencia. Se supone que los seres humanos con nuestro raciocinio superior somos capaces de procesar cantidades ingentes de información, pero ¿Realmente reaccionamos a ella?

Y nuestro caso es preocupante, porque no tenemos la capacidad de responder a la violencia (tanto la que proviene del narco como la que proviene del gobierno), la única herramienta que han puesto a nuestra disposición es el voto, tan maleable, tan manipulable, tan risible.

¿Cómo vamos a reaccionar? Queda para cada quién pensar en la forma de organizarnos para sacar este terror de nuestras vidas o acostumbrarnos a vivir en el país del luto de prolongación indefinida.

"Es hora de despertar del letargo" Crónica de la jornada de protesta en Monterrey, llevada a cabo el domingo 28 de Agosto, publicada en La Jornada

Hermann Bellinghausen en La Jornada, Militarización informativa

Reportaje sobre Oswaldo Zamora