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lunes, 19 de abril de 2010

¿Consideran importante o inútil aprender una lengua indígena?


Título de la fotografía: Doña Ocotlán en su huerto de traspatio
Autor: Jonathan Huerta Gómez (derechos reservados) 

por Animal del Desierto...

Desde que comencé a ir a clases de lengua náhuatl, mucha gente me ha preguntado “¿y para qué te sirve?, ¿estudias algo de antropología?” o cosas similares. La verdad no me sacaría tanto de onda que me preguntaran “¿porqué?”, pero el que me pregunten para que “sirve”, como si fuera algo inútil, es algo que si me llama mucho la atención, y me he dado cuenta que el pensar de la mayoría de las personas es este mismo; es por esto que decidí exponer algunas de las razones por las cuales “yo” estoy estudiando esa lengua y también porque considero debería de ser algo más común. Por un lado es por gusto, desde la primaria me llamó la atención un poema de Nezahualcóyotl que venía en mi libro de texto de la SEP, obvio en español. De ahí, pues me enteré que la lengua original no era español, y siempre tuve curiosidad, pero nunca la estudié. Se me inculcó que era más importante que aprendiera “inglés” y otros idiomas que me iban a “servir” para mi futuro y así lo hice; hasta mi edad adulta, después de mis años universitarios es que encuentro un lugar donde se impartan clases accesibles, y decido hacerlo. Pero el “gusto” no fue lo que propiamente me impulsó a hacerlo, sino que me di cuenta que para nada era algo inútil, sino que era algo “necesario”.
Primeramente es una lengua que ha existido desde muchos siglos atrás, es una de las en promedio 60 lenguas (entre variantes y consensos lingüísticos) de nuestro territorio nacional, y es una lengua vigente, y no sólo es hablada en lugares remotos, simplemente a las orillas de la ciudad ya podemos encontrar comunidades nahua-hablantes como en Milpalta. El hecho de que en la educación mexicana, se aprecie más el “ingles” que cualquiera de las lenguas más utilizadas en el país fuera del español, es muestra del trato que se le da a aquellos que son hablantes de dichas lenguas, es decir la total exclusión. Las comunidades indígenas han sobrevivido en una sociedad que poco interés les tiene y aparte les discrimina, y una historia que nunca les ha dado su lugar, que nunca les ha pertenecido. Siempre se les atribuye el papel, sobre todo por aquellos que detentan el poder y también por la sociedad en general, de un estorbo y un lastre para el “progreso”; de un grupo social con una visión de la vida “retrógrada” u “obsoleta”, que no busca el “ascenso”, que no tiene una visión sobre el futuro. Irónicamente es el grupo social que por siglos, ha sido la base del “poco” o “mucho” crecimiento de nuestro país, y de nuestra sociedad. Han sido miles y miles (en su mayoría indígenas o descendientes de estos) los que dieron su sangre para lograr “nuestra” independencia, así mismo, por miles y miles se puede decir de los que dieron la vida para lograr “nuestra” revolución; que ganaron ellos: muy poco o nada. Se les siguió tachando de ignorantes, sin comprender que el contexto cultural en el que viven es muy distinto al que se estableció después de la conquista Española, continuó el menosprecio y la negación de una igualdad, que por el simple hecho de ser semejantes y de habitar en este territorio desde antes que muchos otros que llegaron después y les despojaron de todo, merecen. Aún más irónico, es que, desde la colonia hasta nuestros días, ha sido un grupo social por medio del cual se ha hecho posible la construcción de nuestra sociedad, han sido un sostén indispensable; sin el cansancio de sus manos y de su cuerpo, sin las gotas de sangre y de sudor que han derramado ininterrumpidamente durante vidas enteras, generación tras generación, no seríamos el “bueno” o “malo” país que somos ahora. Sus manos han sembrado las semillas y cultivado el alimento que me atrevo a asegurar, los que lean esto, se han llevado a la boca sin el menor esfuerzo, o no por lo menos con los sacrificios que ellos han hecho (aunque sea alimento importado de nuestro vecino del norte, gran parte de sus cultivos son trabajados por mexicanos y en buena medida provienen de comunidades indígenas). Así también, han construido muchas de las casas en las cuales habitamos, varios de los espacios en los cuales nos recreamos, han creado muchos de los caminos que transitamos, han logrado muchas de las obras de las que los gobernantes y empresarios gustan jactarse sin darles un reconocimiento, inclusive han ayudado a familias a mantener sus hogares limpios, les han preparado sus alimentos, les han servido de comer, les han cuidado sus hijos, y sin embargo, a pesar de todo eso que les debemos y mucho más, se les segrega, y se considera que se les está haciendo un favor sino “que haría el pobrecito”.
Quiero recalcar principalmente, que no es por estas actividades o por este trabajo por el cual se les explota que se deben de valorar principalmente. Su verdadero valor recae en que son un grupo con su propia forma de ver la vida, con una forma de ver la vida que por más “obsoleto”, o “retrógrada” que se le quiera ver, es una forma de vida contemporánea, que ha sobrevivido por siglos y siglos de continuo asedio y de la misma manera se ha adaptado a las demandas del contexto contemporáneo, y que si no ha desaparecido es porque es significativo, válido y funcional; una forma de ver la vida, que aún con los cambios que ha tenido hasta el momento, siempre va más en función de la preservación y el bienestar en grupo, en comunidad, así mismo también más en función a mantener un equilibrio con la comunidad y la naturaleza, el trato constante con la tierra que nos provee de todo lo necesario, la comprensión de esa relación de manera más directa, más equilibrada. El conocimiento, aunque pareciera una frase ya trillada, que se resguarda en las comunidades indígenas es vasto y no es sustituible por ningún tipo de avance tecnológico ni de conocimiento académico o teórico. Es un tipo de conocimiento que se ha ganado a lo largo de siglos de acción constante, es un conocimiento que se ha ido formando en cuanto a las demandas de un entorno que les exige cambios, y no cambios precisamente en beneficio propio, un entorno que siempre les ha tratado como ajenos, como ingenuos, como ignorantes, como incapaces de llevar una vida propia, etc. Es un tipo de forma de abordar la vida y de enfrentar los retos que se presenten, que ha ido evolucionando, se ha mezclado lo impuesto con lo entrañable para ganar un espacio que sientan propio y que en diversas ocasiones, aunque no propiamente reconocidas, han demostrado que su forma de vida y las resoluciones que dan a los problemas día a día, son válidas, muchas veces acertadas y que de aprender de ellas la sociedad en general, traería grandes beneficios para todos.
La importancia que el Estado y los diversos gobiernos han dejado caer en los hombros de las comunidades indígenas, ha sido de vínculos con un pasado incomprendido, brumoso, inasible, irrepetible. Se les ha asignado el valor de piezas antropológicas vivientes, de pequeños fragmentos de un pasado del cual realmente se sabe muy poco. Pero nunca o muy pocas veces se les quiere dar el valor de un grupo social contemporáneo, que ha ido adaptándose, que ofrece por igual resoluciones a los problemas que aquejan a la sociedad, y que por muchas veces no contar con un conocimiento “ortodoxo”, “escolarizado” o “académico” se consideran por la gran mayoría inútiles. Peor aún, conforme pasan las generaciones y el tiempo, el valor de “vínculo” con nuestras raíces se ha ido degradando, banalizándolos de manera más denigrante, como atractivo turístico o motivo de esparcimiento para los que “si estudiaron”, “si progresaron”, “si entienden lo que es ascender”. Realmente es lamentable que la actitud generalizada de la sociedad, hacia un grupo social al cual se le debe tanto y del cual se podría aprender demasiado debiéndoles respeto, sea la de ver de reojo o con desprecio, ver con ojos del ignorante que no comprende, y que no quiere comprender y deja que algo tan valioso se vaya enfermando o peor aún, muriendo con el paso del tiempo. No ver que los problemas que sufren las comunidades indígenas, son los problemas que de alguna manera cualquiera puede llegar a sufrir, no importando de qué estrato social se considere o sea, son problemas “humanos”. Y no ver que lo que está sufriendo, y lo que está enfermando y lo que cada vez está más inconforme, es la gran base sobre la cual se ha cargado el peso total de nuestra sociedad por siglos, que seamos ciegos a algo tan evidente e importante, es alarmante y no nos augura un buen futuro como sociedad. La lucha que las comunidades indígenas han procurado durante siglos, es la lucha que cualquier grupo humano llevaría a cabo si viera amenazados sus valores, sus creencias, su forma de vida, su integridad, su identidad. Viendo todo esto, es lo que me motivó a estudiar “una” de las tantas lenguas nativas, aunque tal vez me lleve un buen tiempo darme a entender o entenderles en su lengua, por otro lado ellos si deben de saber español, por “necesidad” y lo aprenden; ¿porqué “yo” no tengo la “necesidad” de aprender su lengua?, creo que hay varias respuestas a esta pregunta, pero me atrevo a afirmar que todas son injustas, racistas, discriminatorias, y en realidad si nuestra sociedad mexicana se compone de varias lenguas, el saber más de una, ayudaría bastante a las relaciones dentro de la sociedad misma, nos ayudaría a comprender mejor muchas cosas de nuestros semejantes, de personas a las cuales siempre se les consideró “aparte”, cuando la realidad es que nuestra relación con ellos siempre ha sido muy estrecha. 

Tlazohcamatl huelmiac annechpohua ihuan mahcualli nemiliztli
(Muchas gracias que uds. me leyeron y les deseo una buena vida)

Si están interesados en aprender náhuatl, la Casa de Cultura Jaime Sabines tiene clases los sábados por la tarde con una excelente maestra; ¡se las recomiendo! están accesibles
http://casajaimesabines.blogspot.com/ 

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Tlazocamati, por tu articulo y por compartir tu interes y experiencia en el idioma.
    Algo que tengo claro es, que para entender una cultura cual sea, la base es su idioma de esa manera entendemos su vision ante el entorno. Y respecto al idioma nahuatl tendriamos una concepcion distinta de lo que somos y de lo que fuimos.
    Saludos.. Titotazque, mah cualli nemiliz noihqui mopampa.

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  3. gracias por tus comentarios y por volverte seguidora de nuestro blog. Es totalmente cierto, el aprender el idioma y comprender la forma en que se comunicaban y la manera en que "nombraban" las cosas de su entorno, me ha dado una perspectiva más clara de de lo que pensaban, de su sociedad y de su historia. Así mismo también me doy cuenta del contraste cultural que existe entre el "español" y el "nahuatl", y lo mucho que han sido influenciados, así mismo, la manera en que un contexto cultural se ha impuesto a otro.

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  4. Que tal hermano
    queria saber si conoceras donde
    puedo aprender lenguas indigenas
    por aca por Guanajuato o si tendras algun directorio
    de las dependencias que saben para ponerme en contacto.
    Aun recuerdo a mis abuelos hablando mixteco
    desafortunadamente el "progreso" nos movio de la tierra natal
    Gracias

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  5. Hola: Creo que a pesar de toda tu excelente exposición, sigues sin contestar la pregunta de manera practica, directa y breve ¿para que te sirve aprender una lengua indígena?

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  6. Cual podria ser una frase para que todos quieran aprender náhuatl???

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  7. El idioma de México es el español , no esa estupidez de nahuatl

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