Vivimos tiempos de violencia…

Vivimos tiempos de violencia, siendo “orgullosamente” un país que cuenta con la ciudad más peligrosa del mundo sin estar en “guerra civil”, que a fines prácticos, lo es, sólo que está justificado por un sistema “democrático” que convulsiona en su lucha por el poder. Aunque los bandos trazados sean “narcos” vs “fuerzas del orden”, “mal” vs “bien”, la realidad es otra, es una lucha política. Tuvimos la “suerte” de que el partido hegemónico durante décadas, cayera “democráticamente”, el país seguía en su mayor parte, bajo este mismo régimen (tricolor); y si bien es de conocimiento “no oficial” (sin embargo evidentemente cínico), la relación estrecha de los poderes políticos oficiales y el narcotráfico (tan sólo echemos un vistazo a las noticias de ajustes de cuentas del narco, y no son pocos los que llevan involucrado a un servidor público, y éstos son sólo los que se nos muestran).

El impedimento sobre la legalidad de los estupefacientes, no es realmente una preocupación en materia de salud, aunque esta sea la cara que se quiere mostrar. La verdadera preocupación es de materia económica, y eso podríamos saberlo  de ver algunas cifras “Entre 19 mil y 29 mil millones de dólares son introducidos ilegalmente cada año a territorio mexicano desde Estados Unidos, como producto de los pagos por la venta de drogas que reciben los grupos criminales que se dedican al narcotráfico…” (http://www.jornada.unam.mx/2010/06/03/index.php?section=politica&article=005n1pol). Y eso es del dinero que se alcanza a contar, si entre los hombres más ricos del mundo, esta uno de los líderes de los cárteles más poderosos de nuestro país, con una fortuna incalculable, sabemos bien que nuestros “honorables políticos” no pueden dejar pasar algo así, sin pedir tajada. Las pérdidas multimillonarias de nuestra nación, si se legalizaran las drogas, serían graves, y esto sin mencionar al vecino del norte y su parte en esto: venta de armas que ya le son obsoletas o que le sobran (legal e ilegalmente, es decir le vende a los dos bandos, táctica usada no solo en esta “guerra” que vivimos), y la adquisición de algo que ayude a apaciguar a su población atemorizada de que en cualquier momento les caiga un misil nuclear, los ataquen los extraterrestres, les lluevan aviones, o la naturaleza y el apocalipsis se les venga encima.

El partido que hegemónicamente mantenía el poder, también tenía la mayor parte del control de los “narco-negocios”; y después de la conquista del blanqui-azul a la presidencia, todavía falta un gran recorrido de conquistas en los demás entidades federativas (que eran la mayoría), que aún estaban en manos tricolor. El nuevo poder buscaba acaparar todos los “negocios” de su derrotado rival, por las buenas o por las malas y lo antes posible, antes de que su canto victorioso se viera callado de alguna manera. Por otro lado, al ya no poder cumplir con sus “contratos” y promesas al narco, los que siempre habían sido sus “socios” en el poder, a la “delincuencia” no le queda de otra que mostrar lo que puede pasar si no se cumple lo pactado. Mientras tanto los nuevos “socios” no podían “dar paso sin huarache” sobre el nuevo terreno; se debían de imponer (y de paso, pues pagar algunos favores con negocios de guerra, al país que más guerras hace en el mundo), y mostrar que querían entrarle, pero siendo los “manda más”. Y tienen razón, ya que es un "bisne" redondito: símplemente, en este país, la última opción que el sistema "brinda" a la población marginada para subsistir, es ser policía, militar o delincuente, así que nunca faltará "la mano de obra" ni los pretextos en este negocio bélico, mucho menos si la miseria y la pobreza se extienden cada vez más.

Aprovechando el nuevo régimen su postura imparcial hacia estos grupos “criminales y peligrosos”, también busca mantener a raya a aquellas insurrecciones sociales (no necesariamente armadas, como tenemos el caso de San Juan Copala, Oaxaca y otras comunidades que buscan emanciparse del sistema), desplegando una militarización oficial y no oficial generalizada por el país; creando en consecuencia, una definición en donde la palabra “delincuente” abarcara toda organización o individuo que no se sometiera a su voluntad, y construyendo un régimen de terror “justificado” en la nación, que está bastante cerca del terror ocasionado por cualquier otro régimen dictatorial en la historia. “La violencia del crimen organizado y el narcotráfico ha dejado más de 22 mil 700 asesinatos desde diciembre de 2006, cuando el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva en su contra…” (Óp. cit.), y entre más muertos, el gobierno de EU, considera que mejor… “El gobierno estadunidense advirtió que habrá un incremento de la violencia relacionada con el narcotráfico en México, y consideró que esto es prueba de que las políticas antidrogas están funcionando” (http://www.jornada.unam.mx/2010/05/06/index.php?section=politica&article=003n1pol)

Pero bueno, sabemos que todo es por “nuestro bien”, “es por nosotros”, “había que hacer algo”, y es en serio, porque lo dice la “tele”. No ven que los medios están comprometidísimos socialmente, sino no existirían tales “iniciativas”, donde los generosos dueños de nuestro país, van a donar 6 millones de pesos a las historias más tristes y lamentables, o las más emotivas y entusiastas, que quieran emprender en cambiar al país; obvio, que bueno que alguien se gane esa lana, de verdad, pero seamos realistas, todos los que “donan”, se pueden ganar esos 6 millones con las manos en la cintura, en un mes, o en un año, es como quitarle un “pelito al gato”.

O que tal el “intenso” seguimiento del caso Paulette, claro que fue algo realmente lamentable, triste e inhumano; pero es más triste e inhumano acaparar la atención con un escándalo de tintes políticos, y la locura de unos adinerados que se cansaron de su infortunada hija y la mataron, y todavía manejarlo de una manera tan absurda y cínica, cuando era muy evidente lo que pasaba. Mientras que por otro lado, la supuesta guerra que se hace “por nuestro bien”, deja niños muertos y familias inocentes afectadas, que tan sólo por la desgracia de pasar por un retén militar y no obedecer la orden de un “alto”, les pegan de tiros, matan a sus hijos y en las noticias locales sale que fue por un “encuentro entre militares y narcos”, un “fuego cruzado”, un “daño colateral” (http://eleconomista.com.mx/seguridad-publica/2010/04/05/tamaulipas-mueren-dos-ninos-fuego-cruzado#comment-69828). Y aparte de todo, se le acosa y presiona a la familia para no hacer nada y no decir nada hasta en el funeral de los niños, y cuando los “efectivos” Derechos Humanos sacan a la luz que todo fue mentira, y que los militares negligentemente dispararon a una familia inocente (inclusive alteraron la escena para tapar su culpa), pues no pasa nada, ni seguimiento se le da (http://www.jornada.unam.mx/2010/06/17/index.php?section=politica&article=005n1pol). Que sea menos preocupante esto, que a cualquiera de nosotros les puede suceder, que el caso de una pobre niña que muere por la locura de sus padres y por un escándalo político, pues la verdad deja mucho que decir de los medios, y lamentablemente de nuestra sociedad. 

Aquí les dejo más información de los niños muertos en un retén militar…

(http://www.jornada.unam.mx/2010/04/07/index.php?article=005n1pol&section=politica)
(http://www.jornada.unam.mx/2010/04/08/index.php?article=007n2pol&section=politica)
(http://www.jornada.unam.mx/2010/04/09/index.php?section=politica&article=010n1pol)
(http://www.jornada.unam.mx/2007/04/18/index.php?section=politica&article=005n1pol)

(Y algunos casos más de civiles muertos en retenes…)

http://www.jornada.unam.mx/2010/05/07/index.php?section=politica&article=010n3pol
http://www.jornada.unam.mx/2010/05/04/index.php?section=politica&article=017n1pol

Realmente vivimos tiempos violentos, pero en otras épocas, en otros tiempos, también los hubo; tal vez ahora las cosas son distintas, pero así también distintas soluciones se han de buscar. Por ahí ha circulado un mail, que en lo personal, me parece de lo más imbécil. Habla sobre los infortunios que nos atormentan, sobre la inseguridad, etc., y prácticamente recomienda (sobre todo a los chilangos) que nadie diga nada malo en la calle sobre la delincuencia o sobre política, que nadie haga nada, que uno se encierre en su casa y se quede viendo la tele, porque corre el riesgo de morir en  cualquier momento si uno sale o dice algo que no. Que sólo salgamos a hacer, lo  que se quiere que se haga, trabajar, comprar, hacer hijos que hagan lo mismo a su vez, y encerrarse en sus casas para engendrar más conformidad, más terror, más inmovilidad. Discúlpenme pero esta se me hace la medida más idiota e inepta por abordar, violencia siempre habrá y peligro de muerte igual (obvio excepciones extremas hay como los estados del norte donde ahí sí da miedo salir). Y si la situación actual es la que vivimos, por igual ha sido la que hemos construido, y la que hemos permitido que se construya; vivimos una época crucial, todo está cambiando rápidamente, es el peor momento para encerrarse en sus casas y mirar desde lejos, cada vez se necesita gente más alerta, más dispuesta, más despierta, se percibe en el aire y por más evasivos y por más lejano que se quisiera ver, los problemas que se han ido cultivando, pronto nos alcanzarán…

Por cierto echenle un vistazo a los  videos  de los  posts: "Legalizar las drogas"y al de "Iniciativa Militarizando México."